Jorge Said: Reportero en Tiempos de Crisis
Jorge Said, reportero experto en el mundo islámico y creador de «Reporter: diarios de Viaje en Tiempos de Crisis» —una serie de televisión que será exhibida desde marzo de 2016 por Chilevisión—, relata en exclusiva su experiencia en Siria y el Medio Oriente. Said tiene el mérito de ser el único periodista chileno en entrar a Siria en plena guerra civil.
Si uno trabaja como reportero o en algún organismo internacional humanitario en zonas de conflicto, una de las claves para obtener una protección mínima es ganarse la confianza y, ojalá, la amistad de alguno de los progenitores de la familia, pues en un ambiente de extrema violencia, “el que el dueño o la dueña de casa te den alojamiento y comida se transforma en un escudo para las facciones en guerra, y hace improbable que llegue una patrulla de cualquier bando a sacarte a punta de kalashnikov o machetes”.
Es una de las reglas de supervivencia que ha aprendido el periodista chileno de la Universidad Católica Jorge Said Maldonado (49), quien recibe a Enfoque en el living de su departamento en Providencia entre gigantografías con rostros de niños de campos de refugiados de Siria, que tomó el año pasado, y que, dice con tristeza, probablemente muchos de ellos estén muertos como consecuencia de un ataque del ISIS cometido días después de su visita.
Hoy, al hacer un balance de su carrera, evoca sus motivaciones: “Hace más de 30 años cuando escogí estudiar periodismo fue por la aventura y la magia que me despertaban otras civilizaciones. Soñaba con cruzar África e India, China y Babilonia, Siberia y el Sahara, a la manera de los grandes exploradores del siglo XIX. Me fascinaba con las historias de los grandes descubrimientos y las guerras de independencia. Ansiaba ser un protagonista de esos relatos históricos”.
Tras recorrer más de 70 países, otras claves que Said ha incorporado a sus rutinas de reporteo en zonas de guerra es andar solo, grabar video disimuladamente con una cámara fotográfica —a muchas personas le incomodan las fotos pero definitivamente rechazan que las filmen— y llevar siempre consigo el pasaporte chileno. El otro que posee, como ciudadano de Estados Unidos, no es bienvenido en la mayoría de esos lugares.
Antes de encontrar satisfacción profesional y adrenalina en su proyecto de periodismo freelance en áreas de conflicto, Jorge Said fue un exiliado en París; vivió, trabajó y ganó dinero en Los Ángeles, California, como director de publicidad de las empresas de Jorge Luis Nazar, el chileno que se hizo millonario con cursos de inglés para inmigrantes y quien se ha transformado en habitual donante de la Teletón. Además, en Santiago fue director audiovisual del desaparecido Canal 2 Rock and Pop.
Tras un período de búsqueda y reflexión, estimulado por los avances tecnológicos como las nuevas cámaras fotográficas réflex digitales Canon, que posibilitan registrar video de alta definición, por la revolución comunicacional y social que impulsó Internet —que permite comunicarse y transferir archivos desde cualquier lugar en el mundo a un costo muy bajo o nulo con aplicaciones como Skype o We Transfer—, así como alojarse en casas o departamentos gratis a través del Couchsurfing, un sistema de compartir entre dos o más personas que se conectan en la web y acuerdan intercambiar sus culturas, y fortalecido por su espíritu patiperro, y su convicción de que los grandes medios de comunicación y agencias de noticias internacionales manipulan los acontecimientos, Jorge Said recibió el impulso final el 17 de diciembre de 2011. Ese día el joven tunecino desempleado Mohamed Bouazizi, en el pueblo de Sidi Bouzid, se inmoló a lo bonzo hastiado de los abusos de la policía que le confiscó por tercera vez su carro de frutas con el que se ganaba la vida.
La revuelta popular que generó derrocó al dictador de Túnez, Zine El Abidine Ben Ali, tras 23 años en el poder. La ira de la gente se extendió por África del Norte y la Península Arábiga y se conoció en el mundo como Primavera Árabe, un acontecimiento geopolítico gigante que también derrocó al coronel Gadafi en Libia, a Mubarak en Egipto y a Saleh en Yemen.
GUERRA DE PROCURACIÓN
Said está entusiasmado pues se le han abierto espacios en Chile para mostrar su oficio: sus fotografías en exposiciones y su trabajo periodístico, a través de la serie Reporter, que transmitirá desde marzo ChileVisión, cuyo primer capítulo “Siria en primera persona”, el canal adelantó hace algunas semanas tras los ataques terroristas en París. Estos programa que él llama “diarios de viaje” lo enorgullecen porque probó que “una persona sola, un periodista que busca rigurosamente esa verdad ajena a las grandes cadenas informativas, puede hacer periodismo de calidad, real, a bajo costo, junto con los protagonistas reales de la historia”. Otros capítulos de Reporter son la esclavitud y el sistema de castas en India y Bangladesh, la sexta extinción de las especies en el sur y norte de África, la guerra de Ucrania y el desafío ruso, el turismo sexual en Tailandia y Camboya; China y su conflicto con Hong Kong, y la batalla de Europa del Sur y los Balcanes.
Muchas veces lo pasó mal: “Estuve muy cerca de tirar la esponja, como cuando me detuvieron y me borraron decenas de registros en Egipto y en Israel, cuando me enfermé gravemente en India, cuando me robaron los equipos en Ucrania, cuando mataron a tantos niños en el norte de Siria justo después de fotografiarlos en el campo de refugiados de Bab Al Salameh, cuando me acusaron de espía del Mossad o de la CIA en los países del Golfo Pérsico, cuando me caí de un tanque en Libia… pero también en incontables ocasiones sentí esa mano amiga, de quienes me invitaron a una conversación gentil y me dieron un abrazo fraterno, que me llevaron hasta la línea de frente, que me protegieron mientras nos bombardeaban, en Tripoli, en Kirkuk o Alepo”.
Entre sus anécdotas, Said recuerda divertido el que los rusos llamen “La Junta” al Gobierno de Ucrania que encabeza Petró Poroshenko, porque ven en él elementos similares al golpe de Estado en Chile en 1973. Incluso en la portada de los diarios en cirílico aparece en castellano “La Junta”, rodeado de términos despectivos y descalificatorios.
Mira con desconfianza y desprecio el papel que ejerce el riquísimo reino de Qatar, gobernado desde 1850 por la familia Al Thani, que pese a algunas políticas reformistas y a tener un medio informativo de calidad como es el canal de TV Al Jazzera, impone su particular visión del Islam radical, wahabí, encarcela a los disidentes, prohíbe el consumo de alcohol a los musulmanes y castiga hasta con la muerte el adulterio entre una musulmana y un no musulmán.
—Qatar juega un doble rol y lo sorprendente es que todo el mundo lo sabe. Por una parte ejerce el papel mediador. Por ejemplo, pone el dinero para los rescates en las negociaciones cuando el Estado Islámico toma como rehenes a extranjeros, usualmente reporteros. Como tiene una incalculable cantidad de dinero, ha comprado los edificios de calles enteras de los sectores más exclusivos de Londres y París. Pero, por otra, hay informes serios de que también financia a esos mismos grupos radicales, como Al Qaeda y al Estado Islámico, para resguardar la permanencia de su régimen.
Después de mucho pensarlo, ingresé a Siria a la zona que ocupa el Frente Islámico. Les dije: Perdón, soy periodista y me gustaría saber quiénes son y qué persiguen. Hablamos y me hicieron confidencias. Con eso construí el contenido esencial de Reporter».
¿Y por qué Bashar al Assad no cae?
—Porque tiene formidables aliados: Rusia e Irán. Rusia posee en territorio sirio la única base militar fuera de su país, en Tartus. Ese puerto en el Mediterráneo es una pieza importante para la geopolítica rusa, a pesar de no ser grande. Siria es un país que ha saltado en pedazos, cada uno controlado por alguna de las fuerzas que guerrean entre ellas. El Gobierno sirio solo controla Damasco y las principales ciudades… además de ser una guerra que se ensaña con los civiles, como antes muchas, es también una guerra por procuración, en la que potencias regionales y Rusia y Estados Unidos, combaten por fuerzas interpuestas.
¿A qué llamas guerra de procuración?
—A que en ella los enemigos tradicionales de la guerra fría —Rusia y la OTAN— ensayan y prueban armas y tácticas para un eventual conflicto directo entre ellos.
Así y todo te atreviste e ingresaste a Siria.
—Yo estaba muy impactado y nervioso por las ejecuciones de reporteros como James Foley, periodista estadounidense del Wall Street Journal, secuestrado por el Estado Islámico (EI), cuya muerte por decapitación fue transmitida en vivo y reproducida en todo el mundo por las redes sociales, en agosto de 2014. En el fondo de la grabación, divulgada por los terroristas, se veía a un segundo periodista, Steven Sotloff, mientras pedía a Estados Unidos que cesara sus bombardeos sobre Iraq. Sotloff corrió la misma suerte el 2 de septiembre. Además de los dos periodistas estadounidenses, un grupo terrorista afín al Estado Islámico anunció el pasado 7 de enero que había asesinado a dos reporteros tunecinos: Sofián Churabi y Nadir al Qitari, en Libia. En ese momento yo reporteaba en la frontera entre Turquía y Siria.
Además en Siria combate una gran cantidad de grupos armados, unos contra otros y a favor y en contra del régimen de Al Assad.
—Es un caos brutal. Están el Estado Islámico y el Frente Islámico, que integran desde Al Qaeda hasta grupos laicos que luchan entre ellos y contra Al Assad. El Ejército Libre Sirio (ELS), la fuerza más antigua, que contiene a islamistas y laicos. El Frente Islámico Sirio, el Ejército del Islam o Jaysh, que también pelean contra Al Qaeda y Al Nusra. Están las milicias kurdas Unidad para la Protección del Pueblo (PYD), apoyados por Israel y Estados Unidos. El Estado Islámico de Irak y Siria surgió en abril de 2013 desde el Frente Al Nusra. Antes fueron la brigada ‘Muhayirin’ (extranjeros, en árabe). En 2014 se expandió por Siria e Irak. Su líder, Abu Bakr al Bagdadi, autoproclamó un ‘califato’, regido por la Sharia, código de conducta para la convivencia entre musulmanes, que incluye el culto, la moral, lo permitido y lo prohibido. Ahora, es necesario decir que en Oriente ven a Estados Unidos, a Israel o a la OTAN como organizaciones terroristas. Y es el propio The New York Times el que denuncia la política de ataques con drones por parte de su país, que asesina a cientos de inocentes en hospitales y escuelas, en Yemen, en Afganistán, en Somalía…. después de mucho pensarlo, ingresé a la zona que ocupa el Frente Islámico. Me reuní con algunos y les dije: Perdón, soy periodista y me gustaría entrevistarlos y saber quiénes son y qué persiguen. Y hablamos, y me hicieron confidencias, y conviví con familias sirias. Con eso construí informes y despachos. Y es el contenido esencial de Reporter.
Con los del Frente Islámico se puede conversar, pero parece que no con los del Estado Islámico.
—El Estado Islámico es despiadado. Para ellos, por ejemplo, beber y fumar es grave; si encuentran rastros de pornografía en un computador torturan a su propietario. Llegan a diferentes pueblos, disparan y arrasan con todo lo que se mueve.
¿Quién ganará la guerra en Siria?
—El país se va a desintegrar, con áreas cada vez más cerradas gobernadas por facciones… y si hay guerra entre los kurdos y los turcos va a ser mucho más grave. Turquía ya bombardea el norte de Irak y parte de Irán, áreas ocupadas por los kurdos. Y están a punto de agarrarse turcos y rusos, lo que podría obligar a la OTAN a defender a sus aliados turcos, lo que significa combatir a los rusos. Es decir, estamos avanzando hacia una guerra regional. (Esta conversación fue unos pocos días antes que cazas F-16 de Turquía derribaran al jet de combate Sukhoi 24 de Rusia).
¿Qué pensaste de los atentados yihadistas contra la población civil en París?
—No me sorprende, porque el Estado Islámico tiene células durmientes en toda Europa. Apenas descubren al 1 %. Solo en Francia hay dos mil yihaidistas que vienen de Siria con preparación militar y lavados de cerebro. Además, en Francia vive un 10 % de personas de origen magrebí, y muchos de sus jóvenes nunca se han integrado. Odian profundamente a la República.