Los videojuegos: la revolución de las tragaperras en nuestro siglo
El ocio ha cambiado mucho en las últimas décadas. Ahora es posible encontrar todo tipo de contenido a través de Internet, de diferentes temáticas. Nos gustan los juegos de aventuras, plataformas, deporte y hasta podemos disfrutar de una grata experiencia en casinos online, como disfrutar de la ruleta en Ultra casino.
Hoy por hoy todos tenemos acceso a los videojuegos. Y es que ya no hace falta hacerse con la consola de última generación para disfrutarla, si no que cualquiera pueda conseguirse una de segunda mano, incluso hasta aquellas que ya llevan mucho tiempo en el mercado. Pero es que incluso hasta los teléfonos móviles se han convertido en centros de juego en potencia.
La gran mayoría de los juegos que se descargan no están completos. O bien son demo, o bien hay que comprar una serie de extras (los llamados DLC) para desbloquearlos por completo.
Las estadísticas confirman que las mujeres suelen invertir una media de 48€ en conseguir un videojuego completo, mientras que los hombres llegan hasta los 65€.
¿Qué es exactamente un DLC y cómo funciona?
Un DLC son las siglas de Downloadable content o contenido descargable. Digamos que es una forma de presentar un videojuego actual en entregas, para que las empresas puedan mantener su lanzamiento durante algunos meses, aunque lo cierto es que se podría extender hasta años.
El contenido que puede estar presente en un DLC puede ser muy variable, y esto dependerá también bastante del precio. Las posibilidades son muy amplias: por ejemplo, podríamos estar hablando de un contenido descargable que ampliase la experiencia, mientras que otros podrían ampliar personajes, vestuarios, entre otros elementos.
El precio de cada DLC depende del juego del que estemos hablando. Algunos pueden ser gratis, otros pueden costar unos 0.99€ y otros tantos pueden subirse por encima de los 30€. Pero también encontramos otros que tan solo se pueden conseguir en el caso de que se haya comprado la versión especial o si se ha reservado el título con antelación.
Una nueva forma de jugar
El sector de los videojuegos no deja de cambiar día a día. Este cambio empezaría a lo largo de la década de los 90, aunque por aquel entonces se podían comprar los títulos completos. Es decir, que no había ni gastos extras, ni juegos seccionados, ni bonus ni nada de esto. Cuando el jugador decidía comprar un nuevo juego, lo tenía completo.
Ahora tiene que comprar estos fragmentos de forma adicional, lo que, según los expertos, comparte algunas características con las máquinas tragaperras de toda la vida.
Según los datos que maneja la AEVI (Asociación Española de Videojuegos), la industria del videojuego cerró 2016 con unos beneficios de 1163 millones de euros. A lo largo de todos estos últimos años se han ido incrementando estos datos de una forma importante.
Los jugadores tienen una edad que suele oscilar entre los 16 y 35 años, aunque este intervalo no para de hacerse más y más grande.
Al mismo tiempo, las cifras referidas al formato de las tragaperras tradicionales no hacen otra cosa que descender. El jugador actual prefiere decantarse por el estilo de juego que le proponen los videojuegos. Aunque esta tendencia es mundial, en ciertos países, cómo en Chile, las máquinas tragaperras todavía se consideran cómo uno de los principales recursos de ocio. Las mejores ciudades en las que se encuentran las mejores máquinas tragaperras de Chile son Santiago, Viña del mar y Antofagasta.
Una forma de pagar que no molesta tanto al jugador
Aunque si bien es cierto que estamos cansados de encontrarnos quejas de jugadores que no quieren seguir pagando por desbloquear funciones, es innegable que el formato funciona. El usuario no siempre tiene que desembolsar el coste del juego por completo; las funcionalidades suelen estar reservadas para aquellos usuarios que llegan al final del título, o a una determinada parte del mismo. Si ni tan siquiera llegan hasta allí (porque consideran que el juego no es para ellos), se habrá ahorrado una interesante cantidad de dinero.
Esto supone un ahorro importante, ya que el usuario no tendrá que estar pagando el juego completo desde el primer momento. En el caso de que no le interese, no quiera llegar hasta el final, o simplemente quiera vivir una cierta experiencia y luego olvidarse del mismo, no tendrá que saber nada ni del DLC, ni del pago del mismo.
En definitiva, todo parece indicar que esta nueva forma de jugar se terminará consolidando y que cada vez será más difícil hacer la compra de un juego al que no le falten partes.
Por el momento, el nuevo formato está resultando muy interesante de cara a las marcas y es que muy pocos juegos no se presentan desde el mismo día de lanzamiento con su propio DLC.