Todo sobre el sector que mayor crecimiento ha tenido en Chile en los últimos años
Chile ha experimentado una revolución silenciosa en su panorama económico, que ha sorprendido a muchas personas por su crecimiento casi espontáneo. Estamos hablando del auge de los juegos en línea, y en especial, de las apuestas. Esta industria ha pasado de ser un nicho marginal a convertirse en un motor de crecimiento, generando empleo, atrayendo inversiones y contribuyendo significativamente a la recaudación fiscal. Con más de 2 millones de usuarios activos y un mercado que supera los US$150 millones anuales, el fenómeno refleja la adaptación de un país tradicionalmente conservador en materia de juego.
Factores como la penetración de smartphones, la aparición de métodos de pago innovadores y la falta de alternativas de entretenimiento presencial para los turistas en muchas regiones chilenas son algunos de los motivos que terminaron consolidando al sector de los casino online. Sin embargo, su impacto económico trasciende el mero entretenimiento: según estimaciones, las plataformas podrían aportar entre 50 y 100 millones de dólares anuales en impuestos, un debate que hoy ocupa a legisladores y economistas por igual.
Digitalización masiva y acceso para los turistas que visitan Chile
El crecimiento explosivo del iGaming en Chile está directamente vinculado a la adopción tecnológica. Con una penetración de smartphones que supera el 80% de la población y conexiones de internet estables incluso en zonas rurales, los chilenos tienen acceso ilimitado a plataformas internacionales que ofrecen desde ruleta en vivo hasta torneos de póker con premios millonarios. Operadores de slots, por ejemplo, han capitalizado esta demanda, combinando bonos de bienvenida con giros gratis que atraen tanto a millennials como a jugadores tradicionales.
Para muchos, los cambios de los últimos años son los responsables de este punto de inflexión donde el juego digital dejó de ser visto como una alternativa temporal para convertirse en una opción permanente.
Oportunidad económica para los chilenos
Paradójicamente, la ambigüedad regulatoria ha sido un factor clave en el crecimiento del sector. Aunque la Superintendencia de Casinos de Juego (SCJ) insiste en que las plataformas internacionales operan en un limbo jurídico, la falta de restricciones explícitas ha permitido una proliferación sin precedentes. Este escenario atrae a operadores globales que ven un gran atractivo por los jugadores chilenos.
Sin embargo, el debate legislativo avanza con algunos proyectos de ley que buscan implementar un impuesto del 20% sobre ingresos brutos y exigir licencias de operación. Chile podría recaudar impuestos adicionales por 90.000 millones de pesos anuales, según proyecciones de la industria. Esta regulación no solo legitimaría el sector, sino que financiaría programas sociales y deportivos mediante aportes obligatorios del 2% de los ingresos de las plataformas.
Generación de empleo y especialización tecnológica
La industria del iGaming ha creado un ecosistema laboral que va más allá de los crupieres virtuales. Desarrolladores de software, expertos en ciberseguridad, equipos de marketing digital y analistas de datos encuentran en este sector oportunidades inéditas. Algunas plataformas internacionales cuentan con más de 400.000 usuarios registrados en Chile y requieren de equipos locales para gestionar operaciones, atención al cliente y adaptación cultural de sus contenidos. Sectores como del «turismo slow» podrían verse beneficiados al ofrecer nuevas formas de entretenimiento para los visitantes.
Además, el surgimiento de casinos basados en blockchain y criptomonedas está impulsando la demanda de profesionales con habilidades en tecnologías descentralizadas. Este nicho, aunque incipiente, posiciona a Chile como un hub regional para innovaciones financieras vinculadas al entretenimiento digital.
Atracción de inversiones extranjeras
El mercado chileno se ha convertido en un imán para operadores internacionales debido al poder adquisitivo estable de su población y la ausencia de barreras idiomáticas significativas. Empresas europeas y asiáticas están invirtiendo en alianzas con proveedores locales para adaptar sus plataformas al gusto chileno, incorporando desde temas deportivos nacionales hasta métodos de pago masivos y populares.
Estas inversiones no se limitan al ámbito digital: congresos como el BiS SiGMA Americas 2025, celebrado en São Paulo pero con fuerte participación chilena, demuestran el interés global en la región. Según expertos, cada dólar invertido en publicidad y tecnología por estas empresas genera un efecto multiplicador en sectores como telecomunicaciones y servicios financieros.
Contribución fiscal a las arcas del Estado
El impacto más tangible del iGaming se observa en las arcas fiscales. Aunque actualmente gran parte de las operaciones no tienen cabida dentro de la recaudación fiscal, las proyecciones bajo un marco regulatorio son prometedoras: además del 20% en impuestos generales, el aporte del 2% a instituciones deportivas podría revitalizar infraestructuras públicas. Organismos como el Comité Olímpico de Chile ya anticipan beneficios significativos que podrían ser importantes para el desarrollo del deporte.
No obstante, algunos grupos parlamentarios exigen que parte de estos ingresos se destine a programas de prevención de ludopatía, un fenómeno que ha crecido junto con la industria. El equilibrio entre recaudación y protección social será clave para sostener el crecimiento económico del sector en la próxima década.
Como podemos ver, el sector del iGaming en Chile es una realidad económica que combina innovación tecnológica, generación de empleo y contribución fiscal a través de los distintos usuarios. Su futuro dependerá de cómo hace un equilibrio entre el mundo del entretenimiento y las posibilidades de aportes a las arcas del Estado.