3 lagunas altiplánicas en Atacama que te dejarán sin aliento

Un road trip junto a tu guía Turismo Sobre Ruedas por la zona andina de la III Región del país es un viaje a lo más remoto del norte de Chile. Un viaje que contempla lagunas de colores salvajes repletas de flamencos, salares y paisajes desolados en medio de cumbres que sobrepasan los 6 mil metros.

El altiplano en la región de Atacama es un mundo mágico. Un sueño hecho realidad para aquellos ruteros que gustan de la naturaleza en su estado más puro, sin intervención del ser humano. Remoto y abrumador. La Ruta Internacional 31 es la que nos permite conectar la ciudad de Copiapó -vía Paipote- con el paso fronterizo San Francisco, atravesando el hermoso parque nacional Nevado Tres Cruces. Este lugar protegido es, además, hogar del salar de Maricunga, el más austral del país.

La carretera 31 está pavimentada en su totalidad, y desde ella se desprenden algunos caminos secundarios de ripio (en buenas y malas condiciones) que nos permiten recorrer la zona andina de Atacama y visitar 3 hermosas lagunas altiplánicas: laguna Santa Rosa, laguna Verde y laguna del Negro Francisco.

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Laguna Santa Rosa (Salar de Maricunga)

Tras pasar el complejo aduanero de Chile, ubicado en el extremo norte del salar de Maricunga, la carretera toma un vuelco hacia el sur. Bordea durante largos kilómetros a este salar que es el más austral de Chile. Hay que conectar con un camino de ripio, la Ruta C-601, en dirección al suroeste hacia la laguna Santa Rosa, ubicada en el sector sur del salar de Maricunga. La propia ruta C-601 continúa luego al poniente, conectando más adelante con la Ruta 31, siendo ésta una alternativa para acceder a la laguna.

La laguna Santa Rosa es un cuerpo de agua que desde las alturas de un mirador aledaño, pareciera tener 2 colores. El blanco de la sal y una superficie acuática de tonalidad verde lechoso. No muy lejos del mirador hay un refugio de Conaf (Maricunga), con servicios básicos para aquellos visitantes que deseen pernoctar. El sector cuenta además con algunos senderos que permiten caminar hacia el borde de la laguna, donde se tiene una espectacular vista del entorno y la avifauna. También hay algunas mesitas para hacer picnic. Es recomendable aquí registrarse y entregar información de la ruta a los guardaparques.

Laguna Verde

Para llegar a la laguna Verde, debemos hacerlo por la pavimentada Ruta 31, la cual se dirige hacia el paso fronterizo. Es, tal vez, el paisaje más impresionante del sector andino de Atacama pues hay extraordinarias vistas de las cumbres del Nevado Tres Cruces y más adelante del volcán más alto del mundo y la segunda cumbre más alta de los Andes, el Ojos del Salado, frecuentado por montañistas profesionales que buscan hacer cumbre. También es común ver tormentas eléctricas en este sector por sobres las montañas. Sencillamente sobrecogedor.

Más adelante se llega a la laguna Verde, un cuerpo de agua de un color calipso intenso, salvaje. Primero se puede acceder a un refugio que permite el camping por el sector sur de la laguna. Allí uno puede estacionar el auto o motorhome, y realizar algunas caminatas junto al borde del lago. Los más aventureros también pueden meterse a las gélidas y saladas aguas. En el sector existen aguas termales, completamente naturales y sin infraestructura.

Más adelante en el camino, y aún con la laguna Verde a mano izquierda, hay un retén de Carabineros que durante los últimos años ha estado abandonado. El camino conduce pronto al paso fronterizo con Argentina.

Hacia la laguna del Negro Francisco

Para llegar a la laguna del Negro Francisco hay que tomar la Ruta C-347, desde el sur del parque nacional Nevado Tres Cruces. Si bien es cierto lo recomendable es viajar en un 4×4 hacia la laguna del Negro Francisco, Revista Enfoque pudo comprobar en terreno que es posible transitar esta ruta de poco más de 60 kilómetros en un vehículo común. Eso sí, este camino sin pavimentar está en malas condiciones, con zonas de baches y arena suelta. Es también extremadamente desolado, por lo que no hay que sorprenderse si uno no divisa otro vehículo durante el trayecto (y el día completo). Al llegar, el paisaje es sobrecogedor, con vistas hacia este cuerpo de agua de color verde oscuro repleto de bofedales y colonias de flamencos. En su lado norte tiene una gran masa de sal y, en seguida, algunas cumbres.

El camino bordea a Negro Francisco por el sur, en un sector absolutamente desolado, sin ningún tipo de servicio. Por ello, es posible acampar en prácticamente cualquier punto al costado del camino, aunque hay que traer todo tipo de provisiones desde Copiapó. La noche allí asegura un cielo limpio y estrellado, tan solo acompañado con el sonido que emiten las aves. Es fundamental estar bien hidratado, pues debido a la altura pasar la noche allí puede resultar bastante incómoda, pues la temperatura puede caer bruscamente, incluso en verano.

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