Turismo Originario: El Paisaje Interior
Chile sorprende por su diversidad cultural. Su presencia territorial en tres continentes, su increíble geografía de más de 4 mil 200 kilómetros de largo y su apertura a recibir con los brazos abiertos a inmigrantes de todo el mundo lo convierten en un país multiétnico y multicultural.
Aquí conviven cuatro etnias originarias, todas muy diferentes entre sí, de las cuales tres de ellas mantienen su lengua, tradiciones y cosmovisión. Aymaras, maorís, mapuches y yámanas se despliegan por un extenso territorio que guarda un secreto ancestral: En las cercanías de Puerto Montt se ubica el yacimiento arqueológico de Monte Verde, el asentamiento humano más antiguo de América.
Esta característica tan especial de Chile convierten al turismo étnico y cultural en una excelente alternativa para quienes buscan conocer y aprender de las culturas originarias y las raíces culturales de nuestro país. En todas las regiones de Chile y en muchos de sus pueblos y localidades rurales, encontrarás interesantes programas, rutas, comunidades, festividades y museos que te permitirán conocer de primera mano la historia y cultura del lugar. En este artículo te presentamos las características más notables de las diferentes culturas originarias presente en Chile, ordenadas por macrozonas.
THE INTERIOR LANDSCAPE
Chile surprises for its cultural diversity: three continents are seen in the country; its incredible 4,200 km in length terrain and its willingness to welcome worldwide immigrants with open arms, turn our land in a multiethnic and multicultural place. Three completely different native peoples coexist in the territory but only three of them preserve their native language, traditions and worldview. Aymaras, maorís, mapuches and yámanas are spread out in a vast region that keeps an ancestral secret: in the surrounding areas of Puerto Montt is located Monte Verde Archeological Site, the America’s oldest human settlement.
PATAGONIA: LOS HOMBRES DEL FIN DEL MUNDO
Yaganes en ceremonia de iniciación del Chiejaus, realizada en Bahía Mejillones, Isla Navarino en 1922. Foto: Dibam.
Es solamente en el confín del planeta, donde la tierra se desgarra en el océano, donde podían habitar estos hombres. Los primeros habitantes de la Patagonia han sido datados tradicionalmente desde hace 10 mil años antes del presente. Eran los tiempos del ancestral milodón, del caballo americano y los tigres dientes de sable. Con el paso del tiempo, diferentes etnias se desarrollaron a lo largo de Aysén y Magallanes: los chonos, kaweskhar y yámanas (de norte a sur por la costa) y los aonikenk o patagones, selknam y haush (de norte a sur por el continente). La leyenda comenzó en 1520, cuando la expedición de Hernando de Magallanes inició el mito acerca de los gigantes pobladores de estas tierras. Hasta hoy los más reticentes no dejan de admirarse con la perfección de sus arcos y flechas y las impecables canoas de los nómades del mar, que desafiaron por siglos los mares más peligrosos del mundo.Después de todo fueron capaces de sobrevivir donde hasta el día de hoy los más avezados temen penetrar. Si bien estas etnias se encuentran extintas, los investigadores encuentran en la fuerte cultura gaucha arraigada en la zona, soplos de los cazadores ancestrales: la tradición ecuestre y el nomadismo pampeano sigue vivo en el confín de la tierra. Visitar una estancia magallánica, cabalgar en las vastas pampas, navegar por los remotos canales australes o hacer trekking en medio de los bosques de Nothofagus que protegen del inclemente viento, son una buena manera de comprender la esencia de los ancestrales habitantes de un terreno de inigualable belleza.
PEOPLE OF THE SOUTHERN CONE
The first Patagonia settlements date since 10,000 years ago. Most of them lived along Aysén and Magallanes: Chonos, Kaweskhar and Yámanas (from the north to the south, along the coast) and Aonikenk or Patagones, Selknam and Haush (from the north to the south, along the continent). The Patagones´s legend started in 1520, when the Ferdinand Magellan´s expedition created the myth about giant people living in the region. Nowadays, it is impossible not to admire the perfect nomad´s bows, narrows and canoes that dared to sail the most dangerous seas of the world. Even though these ethnic groups are extinct, investigators think their culture is alive in the different gaucho activities: the equestrian tradition and the pampa nomadism.
LOS RÍOS Y LOS LAGOS: LA GENTE DEL SUR
Tejedora de Mafil Foto: Fabiola Barrientos
Hace más de 13 mil años que el sur de Chile albergaba a los primeros grupos humanos de Monte Verde, para luego ser habitada por diferentes etnias como los hulliches. Hoy visitar comunas con una fuerte raíz indígena como San Juan de la Costa es sumergirse a un mundo ancestral, que cada año, en verano, celebra el festival de pueblos originarios de América Latina. Los huilliches habitaron los confines de Chiloé, junto a los chonos, y en preparaciones como el pulmay, los catutos y el muday aún se perciben los sabores ancestrales de este pueblo, los que se pueden degustar en los diferentes mercados municipales de la isla o en las distintas ferias costumbristas que se realizan en verano en varias localidades. Visitar esta tierra de palafitos e iglesias declaradas como Patrimonio de la Humanidad, es una buena manera de adentrarse en la diversidad cultural de una tierra que durante el siglo XVI iniciaba su proceso de colonización española. Si de cordillera se trata, cabalgar por los rincones de Cochamó, Futaleufú y Palena permite conocer la cultura gaucha, cuyos protagonistas hoy transitan las antiguas sendas trazadas por etnias ya extintas como los poyas y puelches. Y cómo olvidar el afán colonizador de mediados del siglo XIX que atrajo a inmigrantes alemanes, cuyo legado arquitectónico y gastronómico se puede apreciar hasta el día de hoy, sobre todo en actividades como el Bierfest de Llanquihue en enero y el Strudelfest Frutillar en Noviembre y en la arquitectura urbana y rural de las comunas de Frutillar, Puerto Octay, Valdivia, La Unión, Osorno, Puerto Varas y Llanquihue.
SOUTHERN PEOPLE
Since 14,800 years ago the first settlements have been in Monte Verde but later different cultures like Huilliches inhabited the same area. They fished in the sother seas and lakes using the dalcas (type of canoe) consisted of three planks of larch or cypress. Visiting San Juan de la Costa town is a way to venture deeply in the Indian world. Huilliches and chonos inhabited at the same time Chiloé Island. Their culinary culture can be tasted in different markets and summer custom fairs: pulmay, catutos and munday are some of the delicious dishes to try. For that reason, visiting the island is an excellent choice if it is wished to understand the colonization process during the XVI century. Horse riding in Cochamó, Futaleufú and Palena is venturing into the gaucho lifestyle who still crosses the old poyas´s and puelche’s routes. However, both cultures got extinct a long time ago. On the contrary, the germany legacy that arrived in the middle of the 19th century can be seen in activities such as Llanquihue’s Bierfest in January or Frutillar’s Strudelfest in November.
ARAUCANÍA Y BIOBIO: HOMBRES DE LA TIERRA
Comunidad turística mapuche de Llaguepulli
El corazón del pueblo mapuche aún late con fuerza en el sur de Chile: más de medio millón de la población forman parte de esta etnia, que aún conserva su lengua —el mapudungun— y representa el 87% de la población indígena de Chile. Palabras usadas en el día a día en el habla de los chilenos como “pololo”, “cahuín” o “achuncharse”, tienen su origen en este idioma ancestral. Guerreros y defensores de su tierra sagrada, su rica artesanía da vuelta al mundo por la originalidad y belleza de sus telares, platería e instrumentos musicales como el kultrún y la trutruca, los que reflejan una cosmovisión profunda llena de ritos sagrados como el nguillatún. No se puede visitar el sur de Chile sin haber vivido las experiencias que ofrece el turismo étnico, como dormir en una ruca en las cercanías del lago Budi o hacer excursiones en wampo, una especie de canoa hecha en una pieza de tronco. Adentrarse en la zona de Curarrehue permite además realizar recorridos temáticos, como la ruta del Piñón y de las Tradiciones, ofrecidas por familias pehuenches, habitantes ancestrales de la zona de los Pehuenes o Araucarias. Las alturas cordilleranas de la zona recuerdan además a la “gente del este” o Puelches, expertos cazadores de animales como guanacos y ñandúes, y que acostumbraban a deformar la cabeza de los bebes para que cobraran una forma alargada.
PEOPLE OF THE LAND (MAPUCHE)
The heart of the Mapuche Indians beat strongly in the south of Chile: some 600,000 of Chile’s people are Mapuches and represents the 87% of the Chilean native population. They still preserve carefully their language called Mapudungun and many words were taken from this language and are used in the daily spoken and written Spanish: ‘pololo’ (boyfriend),’cahuín’ (gossip) or ‘achuncharse’ (being coward) among others. Mapuches were strong warriors who defended their sacred land but, in the last times, their rich craftwork is being enjoyed around the world because of the beauty of their looms, silver and music instruments such as kultrún and trutruca. Going into the Curarrehue area is an escellent choice for thematic tours like pine nut route and tradition tour offered by pehuenche families, inhabitants of the pehuenche and monkey-puzzle tree area. The Andes also reminds to puelches or ‘eastern people’ who are experienced hunters and deformed the babies’ heads in an odd shape.
ZONA CENTRAL + ISLA DE PASCUA: CALEIDOSCOPIO ÉTNICO
El casco antiguo de la ciudad de Santiago esconde un secreto: evidencias arqueológicas comprobarían que mucho antes de que los conquistadores se posaran sobre la hoy capital chilena, los incas ya habían construido en la zona santuarios de altura, viviendas, canales, chacras y hasta cementerios. Recorrer las calles de Santiago, escogida como una de las mejores ciudades de América Latina para vivir por “The Economist”, es adentrarse a un área que tuvo un intenso intercambio con el imperio del Tiwantinsuyu. Fue también territorio picunche, cuyos clanes cercanos a Rancagua se habrían iniciado en las artesanía del mimbre y creado puentes colgantes sobre el río Cachapoal. Fue en el siglo XVIII que los valles centrales vieron nacer al huaso chileno, experto jinete y uno de los principales personajes culturales del país. Visitar los rodeos, los que se desarrollan con intensidad en la semana de las festividades patrias, o aprender a bailar cueca, en sus versiones camperas, bravas o porteñas, es una excelente manera de comprender la esencia de la zona central de Chile. Rapa Nui es historia aparte. La isla volcánica es hogar de una cultura sorprendente, donde los moais son gigantescos vestigios de una cosmovisión única. Visitar Isla de Pascua es presenciar un museo al aire libre, donde más de 250 ahus o altares ceremoniales y festividades como la Tapati, cuando distintos linajes compiten por el primer huevo de gaviota o Manutara, revelan una etnia polinésica rica en bailes, música y secretos que no han sido aún del todo revelados.
KALEIDOSCOPE ETHNICAL
The Santiago´s old quarter keeps a secret: archeological evidences prove that before Spaniards arrived to Santiago, the Inca Empire inhabited the region. Walking along the capital’s street is similar to the old inca’s walkways called tambos. It was a picunche area near to Rancagua, and they started an incipient wickerwork. In the XVIII century the Chilean huaso (similar to american cowboy) was one of the most important cultural characters in the country. Visiting rodeos, dancing countryside, brave or port cueca are excellent options to understand the identity of the central zone. Eastern Island is completely different. The island has a surprising culture where Moais are traces of a world view and a Polynesian language that is still taught in the island’s schools. Easter Island is an outdoor museum and celebrations as Tapati reveals the island’s essences.
NORTE: EL MUNDO ANDINO
Una trenza cultural se ha estado hilando por más de 10 mil años en las profundidades del norte de Chile. Imperios como el tiwanaku, el inca y el español, han convivido con etnias aún presentes como las atacameñas, quechuas y aymaras, y otras ya extintas —como la Chinchorro— que sorprenden por desarrollar técnicas de momificación más antiguas que la de los egipcios. Visitar el norte de Chile es empaparse de esta cultura viva: el pastoreo de llamas, la agricultura y cultivos en terrazas aún son parte del paisaje. Distintas comunidades, como la de Ayllú de Coyo en San Pedro de Atacama, ofrecen experiencias como la caravana de llamas, que permite revivir el peregrinaje milenario del mundo andino. La Ruta de Las Misiones es otra de las maneras de sumergirse en la esencia del altiplano: este circuito patrimonial se perfila como uno de los más importantes de América al proponer una travesía que permite visitar 14 poblados andinos y 13 iglesias coloniales, construidas a partir del siglo XVI, las que están siendo hermosamente restauradas por la Fundación Altiplano y el gobierno de Chile. El viajero podrá tener contacto directo con lenguas originarias, las que todavía persisten en las conversaciones cotidianas, sobre todo el aymara, mientras que el quechua se revive en rituales y cantos en las profundidades del altiplano. Y si bien el kunza, idioma de los atacameños o likantai, se ha perdido del todo, las tradiciones de este pueblo se mantienen vivas bajo la mirada atenta de su volcán tutelar: el Licancabur. Siguiendo hacia el sur, los collas o kollas se movían por las quebradas de Chañaral, mientras que en el valle de Elqui la cultura molle poblaba la mística zona entre el 300 y 700 antes del presente. Y aquellos que se dejen seducir por las bondades del mar nortino, circularán por otrora territorio chango, pescadores nómades que cazaban lobos marinos a bordo de sus balsas de cuero, y que intercambiaban productos con los diaguitas, quienes vivían al sur de los atacameños y diseñaron ingeniosos sistemas de regadío.
ANDEAN WORLD
A cultural braid has been made since 10,000 years ago in the North of Chile. Powerful empires such as tiwanaku, inca and spanish get along with surviving ethnic groups like atacameñas, quechuas and aymaras and chinchorros, famous for the mummification techniques. Visiting the north of Chile is a way to imbibe of this live culture: sheepherding llamas, farming and andenes (terraces) are still part of the Andean landscapes. Different settlements like Ayllú de Coyo in San Pedro de Atacama offers llama trekking to experience the old Andean caravans. Going southern, the kolla culture walked along the Chañaral gorges and molle peoples inhabited the Elqui Valley some 300 or 700 years ago. The changos —nomadic fishers— bargained seafood with diaguitas who planted corn, beans, botánica quinoa and others.
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