Turismo de invierno: La Región de Los Ríos en siete rutas
Gracias a su rico patrimonio natural y cultural, la Región de los Ríos en invierno no es un obstáculo para disfrutarla. Aquí te presentamos siete rutas que combinan naturaleza, termas y cultura en una de las regiones más hermosas de Chile.
1. City tour por la ciudad de la lluvia
Fundada por los españoles como fortaleza en 1552, Valdivia es ideal para caminarla, saborearla y disfrutarla de día y de noche. La ciudad cuenta con interesantes y muy bien mantenidos museos y jardines. Te recomendamos visitar el Museo Histórico Van de Maele, el Museo de Arte Contemporáneo y el Museo Submarino O’Bryen.
Valdivia también destaca por su extensa red de áreas verdes con parques botánicos de especies exóticas y nativas. Son de fácil acceso, ideales para paseos en familia. El más completo es el Jardín Botánico de la Universidad Austral. En invierno, cuando cesa la lluvia, navega por los ríos Calle Calle, Valdivia, Cruces y Cau Cau.
Otro lugar recomendable es el mercado fluvial para disfrutar de su variada gastronomía, acompañada de cervezas artesanales, en su mayoría elaboradas en la zona. Su oferta de pubs y restaurantes es una de las mejores del sur de Chile. Los puedes encontrar en las calles Esmeralda, Arturo Prat, Los Robles, y el centro.
2. Los fuertes y castillos del fin del mundo
La ruta de los castillos y fuertes te encantarán tanto por su arquitectura como por sus vistas a los ríos y a la selva valdiviana. Estas construcciones constituyeron el mayor sistema de defensa ante los piratas que amenazaban con arrasar con la costa del Pacífico durante los siglos XVII y XVIII. El más grande y mejor conservado es el fuerte de Corral, que incluye el bastión de San Sebastián de la Cruz y varios cañones. En la orilla norte del río, el fuerte Niebla permitía atrapar a los atacantes en un fuego cruzado. Las deterioradas murallas del castillo de la Pura y Limpia Concepción de Monfort de Lemus son las ruinas más antiguas. En la isla de Mancera, el castillo San Pedro de Alcántara se convirtió en residencia del gobernador militar. Además de los tres más visitados, se cuentan las deterioradas murallas del castillo de la Pura y Limpia Concepción de Monfort de Lemus, que son las ruinas más antiguas y el fuerte de Amargos, que, a media hora de camino, se alza sobre una pequeña aldea de pescadores.
3. La vuelta al lago
Rodear el lago Ranco es un imprescindible si eres amante de los paisajes campestres, montaña, ríos y lagos. Si imaginas campos verdes y bosques puros este es el lugar indicado. El circuito se puede recorrer de norte a sur o viceversa. En su ribera norte la comuna de Futrono tiene un extraordinario sello agrícola, característica que continúa hasta el sector de Mavidahue. Hay fundos transformado en proyectos de turismo rural, centros vacacionales como Bahía Coique y buena gastronomía. Siguiendo por la ruta llegarás a la localidad de Llifén.
Acá te recomendamos disfrutar de sus termas y visitar el hermoso lago Maihue, de entorno campestre y cordillerano; su fama la da la pesca recreativa de truchas en los ríos Calcurrupe, Nilahue, Caunahue y Cunilahue. Desde Llifén hacia el sur cruzarás el puente del río Calcurrupe para adentrarte a la comuna de Lago Ranco. Este tramo vale la pena recorrerlo, pues te permitirá conocer lugares como la Laguna Verde, el salto de Nilahue y la pequeña ciudad de Lago Ranco, con su flamante Costanera. Luego puedes continuar el viaje hasta la ciudad de Río Bueno.
4. La Unión, el origen de la magia del sur
Tanto la ciudad de Río Bueno como La Unión se ubican en la ribera del río Bueno. Entre los atractivos de Río Bueno destacan el Fuerte San José de Alcudia, museos mapuches, casas patrimoniales como la Mansión Casa Furnier, iglesias de 1900 y la Plaza de Armas.
Una de las ciudades de mayor atractivo patrimonial de Chile es La Unión. Fundada en 1827, la actual capital de la provincia de El Ranco conserva muy bien vestigios de la arquitectura aportados por los colonos alemanes. Posteriormente la ciudad vivió un notable auge industrial, cuyo testimonios tangibles de esa época son las casonas, curtiembres, molinos (Grob, Hoppe, Zarges), industrias (Colun y Linos La Unión) y el mítico Banco de Osorno y La Unión, absorbido en 1996 por el Banco Santander.
En La Unión está la casa matriz de Colun, cooperativa lechera fundada hace más de 60 años, famosa por su campaña La Magia del sur y por ser un ejemplo de la actividad lechera sustentable. Desde La Unión a la costa accederás a caminos poco transitados que conducen a playas como Hueicolla o al Parque Nacional Alerce Costero, a los que se accede por el camino público T-80, el cual en invierno es transitable sólo con vehículos de doble tracción. El río Bueno es navegable si reservas excursiones.
5. Viaje al corazón de la Selva Valdiviana
Conocer la selva valdiviana es adentrarse a uno de los bosques más antiguos del planeta. Existen circuitos turísticos en los principales parques y reservas de bosque húmedo, junto con servicios de alojamiento, trekking, gastronomía y navegación. Es frecuente la visita por el día, pero vale la pena que destines al menos dos días para recorrer los parques, divididos en dos áreas principales: al norte y al sur del río Valdivia, zarpando del muelle Fluvial.
Las áreas protegidas en la Costa de Valdivia son: el parque Oncol, el Santuario Río Cruces, la Península San Ramón y Pilolkura; y en la costa de Corral son Chaihuin y el Parque Nacional Alerce Costero que protege nuestros milenarios alerces. Y aquí hay uno, entre todos, que destaca. Que se ha negado a morir y nació mientras el mítico faraón Tutankamón reinaba en Egipto. Es el Gran Abuelo, cuya corteza es atravesada por surcos que parecen canales y terminan en otras plantas que se arriman, como bien dice el dicho, a un buen árbol. Uno que necesita que, como en el famoso cuento, todos sean cazadores para poder conservarlo.
6. La Ruta del anti estrés
Entre Panguipulli y Futrono está la mayor concentración de termas de Chile y de Sudamérica. Son a lo menos 22 termas que en un tramo de 50 km dan pie a la “Ruta Termal”, encontrando desde emprendimientos rústicos hasta termas de alto desarrollo. Llueva o haya un día caluroso, de día o de noche las aguas termales de esta región no tienen estación ni horario para ser disfrutadas y siguen siendo el destino preferido para aquellos que desean relajarse y liberar el estrés.
El centro neurálgico de esta sanadora ruta es el pintoresco pueblito de Coñaripe. Desde aquí se puede acceder al Parque Nacional Villarrica, a la ruta del Sendero de Chile, a la Red Interlagos y al pequeño poblado de Liquiñe, un lugar característico por los trabajos en madera realizados por soberbios artesanos. Los principales centros termales que puede disfrutar en esta zona son: las Termas Vergara, Geométricas, Coñaripe, Río Liquiñe y las rústicas Termas Hipólito Muñoz y Carranco.
Más al sur, las más conocidas son las termas de Chihuío, Llifén y la agreste termas de Cerrillos, que se encuentra en un valle que sube por la montaña hacia los volcanes Mocho y Choshuenco, una zona muy poco explorada y visitada, y por lo mismo, mayormente atractiva particularmente para los amantes de la nieve. Junto con los deportes blancos, en este emergente destino turístico es posible disfrutar también de excursiones científicas, donde los visitantes pueden experimentar el trabajo de control de masa que la fundación Huilo Huilo desarrolla en el glaciar.
7. Futangue, naturaleza desbordante
El Parque Futangue —que abarca 13 500 hectáreas desde la Selva Valdiviana en las inmediaciones del lago Ranco hasta los soberbios campos de lava del Cordón del Caulle en los profundos Andes Patagónicos— partió en 1997 como un proyecto de conservación que ha derivado en un parque privado turístico de los mejores de Chile.
Futangue cuenta con una red de senderos de más de 100 km de largo para trekking, ciclismo, cabalgatas y motoriding. Sus ríos y lagunas son óptimas para la pesca, el kayak y stand up paddle —similar al surf pero con un remo—. Por supuesto también es posible desarrollar la vieja y sana costumbre de caminar por los senderos que cuentan con 3200 metros de pasarelas, 28 miradores, puentes colgantes, y alcanzar los refugios de montaña.
Al parque se ingresa por la localidad de Riñinahue, en el sector de Trahuilco. En un amplio y luminoso local se puede comprar artesanía local, cerveza artesanal y miel. Cerca de allí, existe un amplio centro de eventos, que la administración planea posicionar como sede no solo de actividades sociales (como matrimonios y ceremonias), sino como espacio para el arte y el intercambio cultural con otras comunidades, donde la gastronomía y las tradiciones jueguen un rol central.